lunes, 22 de noviembre de 2010

Orgullo



La única manera de vencer algo es haciendo un estudio del mismo; como se mueve, como trabaja, como piensa. Para vencer debemos de dedicar un tiempo, sentarnos y ver toda la perspectiva, muchas veces nos dejamos vencer fácilmente, algunas otras estamos vencidos y no conocemos quien o que nos derroto.

Las luchas son muchas.

Siempre he pensado de cómo he obtenido logros y de cómo he obtenido perdidas.

Una experiencia me dio a conocer un rival único y poderoso, el cual en algunos momentos con mis decisiones lo he vencido y otras me ha hecho como le place, es algo abstracto que trabaja en nuestras vidas todos los días, muchas veces sabemos que esta ahí y no le damos importancia, le permitimos seguir trabajando en nosotros, es disimulable, llega a ocasionar que tomemos las peores decisiones.

Es una inyección de vanidad y arrogancia, su nombre es el Orgullo.

Hace poco se acerco una persona a darme un concejo el cual me deslumbro, fue un despertar que ocasionó que mis ojos volvieran a ver hacia otros lados, desapercibidamente, el orgullo inicio su trabajo, mi forma de ser la caracteriza el no hablar, en ese momento mi mente se cerro, solo yo tenía la razón. Mi meditación sobre esto todos los días me hizo recapacitar y ver las cosas como realmente son, tenía que tomar ese concejo, sabía que esto lograría cambiar mi vida si lo tomaba como se debía. Simplemente me humille, eso sentí en el momento, solo estaba para aprender.

Después de eso la manera de ver las cosas es diferente, puedo ver el error que el orgullo da como resultado. No soy nadie para creer que lo soy todo.

La espada que vota y corre este orgullo, se llama humillación, suena feo pero es la manera de cómo podremos ser como realmente debemos ser.